Werever

Así no más.

No tengo a nadie que me diga werever cuando me sienta triste, o cuando necesite olvidarme de algo, o simplemente que me diga werever por que se le ocurrió y ya.

Por eso te extraño tanto, recuerdo los werever que salían espontáneamente de tu boca, recuerdo también el mote con huesillo que aplacaba el intenso calor del verano, o los comentarios carentes de coherencia, aquellos que no seguían el hilo conductor pero que a final de cuentas entendíamos y nos reíamos por ello.

Recuerdo aquella vez que íbamos camino a nuestras casas, en la micro donde (no se por que cresta) comenzamos a leer los nombres ridículos que salen en tu agenda de la U, y sin mas llegamos a diciembre (yo ni siquiera lo había notado) y exclamo: “¡Navidad!” jaja, que manera de reír, que manera de sentirme idiota, que manera de doler la guata; Saber reír.

Recuerdo también la despedida, no quería soltarte, apenas me abrazaste me bajó toda la pena contenida en mi interior, no lo podía creer, aquello se volvía realidad, cada vez se acercaba mas y mas el momento de decir adiós.

De cuando en vez leo tu carta, con aquel sobre de antaño, que me recuerda a correos de chile, también suelo ver las fotografías, los dibujos, las servilletas de la piojera con mensajes subliminales inscritos en su superficie absorbente.

Recuerdo nuestro primer terremoto, que compartimos con los otros dos personajes importantes para mi, ¡que manera de extrañar! Pienso en como estas, y no se, quisiera ser parte de tu nueva vida, participar en ella de manera activa, como era hace un par de meses atrás, donde nos veíamos seguido, cuando caminábamos bajo el sol, cuando pasábamos de casa en casa, carreteando, comiendo, hablando sobre la vida misma y el sentido de esta, o simplemente visitándonos por que ya se nos había hecho costumbre hacerlo.

Nunca pensé que iba a escribir sobre ti de esta manera, pero los lazos que formamos son grosos, y de verdad me encantaría estar presente en todos tus nuevos procesos, en todos tus nuevos dramas, pero bueno, lo hago de manera externa.

Aunque también quisiera que estuvieras aquí y explicarte todo sobre mi nueva vida, sobre mis cachivaches de alambre, sobre mis accidentes en la U, sobre mis torpezas, sobres mis sandungas y por sobre todo, contarte de mis penas, y que tu finalmente me dijeras una vez mas: “Werever Werter, la vida continúa. ¡Viva la vida!”

Te extraño & te quiero amiga Lenon.