Frío y viento, ese viento que te recorre de pies a cabeza, llevándose tus pensamientos lo más lejos posible, llevándose las ideas que surgen cada segundo en tu cabeza, llevándose esas penas que aun guardas, llevándose los dolores y angustias que sigues sintiendo pese a que han pasado años, llevándose esos pequeños momentos de alegría, llevándose los lindos recuerdos, llevándose todo.
Los vientos nunca son iguales, en Santiago los vientos no te desgarran tanto como los de temuco, acá los vientos son diferentes; apenas te envuelven es como si quedaras desnudo y te sientes frágil, y aquellas cosas que fueron y son realmente pencas para ti, afloran repentinamente, y es ahí cuando comienzas a extrañar los vientos de tu ciudad, esos que no calan tan hondo, comienzas a extrañar a tu gente, extrañas las calles donde transitas a diario, donde miras el mismo árbol sin hojas, aquel cerro mal cuidado, aquel chico de mirada fría...
Aun así los vientos de acá por muy desgarradores que sean, me agradan, me agrada sentirme frágil y expuesta, sentir que no soy tan fuerte como yo pensaba.
Sentir el sonido de las hojas, sentir la suave caricia de esa huea tan abstracta y como esta recorre tu rostro de manera tan sutil, no sé, son tantas cosas.
Vientos, que me hacen recordar absolutamente todo, incluso aromas, momentos, caricias, voces, todo.
Vientos que hacen que mis pelitos se ericen, vientos que provocan que mi piel se ponga de gallina, que provocan inseguridad, que hacen que de cierta forma me sienta a gusto y a la vez fuera de lugar, vientos que me descolocan.
esos vientos que traen mala racha y noticias que avces no son buenas...
ResponderEliminarvientos..
Vientos sureños....