En el mismo lugar.

Entre caminatas, notas musicales, los sonidos de la calle y los de la gente que transita por ella, me dirijo hacia el mismo lugar, donde veo las mismas caras, donde escucho las mismas risas, donde pienso en la misma weá, en la misma persona y donde me pego el bajón golosinezco diario.

Donde puedo ser yo, donde digo lo que se me antoja, lo primero que se me viene a la cabeza, donde miro sus caritas, sus lindas caritas sonrientes con miradas cómplices, donde hablamos sobre todo lo que se nos ocurre, donde compartimos carcajadas que afloran inesperadamente, en el mismo lugar donde se reúnen los que sufren de un frío crónico, allí atrás junto a la estufa.

Hoy mientras dormía, recibí una llamada, si, era ella, la misma persona con la cual comparto cada cosa que me aqueja; básicamente era una invitación, dije que si.

Caminé desorientada por varios segundos, hasta que escucho su voz, "hey" me dijo, me di vuelta y veo a este tipo de voz ronca y segura, sentado junto a esta chica tan upilupi, nos saludamos, y fuimos directo a nuestro lugar favorito: La cerdería, donde por un par de tickets te lo llevas todo, extra large, lo que contribuye a que engordes como una maldita vaca.

Bueno, conversamos acaloradamente acerca de lo desconformes que estamos... arreglamos el mundo, disfrutamos de nuestro almuerzo y emprendimos el viaje hacia aquel lugar, donde compartimos a diario.

{Esta vez no hubo presencia de papel higiénico en el piercing de la nariz, pese a que salí mas acelerada que nunca.}