Decime que me odias, que te gustaría lastimarme, que te enamoraste de otra mujer. Pero no me digas que te estas olvidando de mí, podés tratar si querés, pero no vas a poder. El pasado es un bloque, no se puede dividir.



viernes, 27 de noviembre de 2009

Una atmósfera diferente.


Me pongo a pensar en mi pasado, cuando aún era una pequeña niña que no sabía en que manera comenzar a escribir su vida, recuerdo que cierta época del año me hacía sentir tan bien, tan extraña y feliz, con ganas de compartir este sentimiento tan extraño con todos, con ganas de saber si las demás personas sentían igual que yo.

Era un día clave, un día como cualquier otro que en cierto momento sufría una especie de metamorfosis, donde yo comenzaba a experimentar esta nueva pero conocida forma de sentir.

Era lindo estar sentada dentro de la sala de clases y de pronto mirar hacia afuera y notar la belleza de los árboles, o sentir algo diferente en la atmósfera.
Para mi aquella sensación era hermosa, no había nada que se le comparase, sencillamente cambiaba mi manera de ver y sentir el mundo.
Todo comenzaba con un aroma singular que evocaba un sin fin de recuerdos y deseos, deseos de llegar pronto a casa y comunicarle a mamá que ya era hora de sacar aquella cajita cubierta por polvo, cuyo contenido eran esferas de varios tamaños, colores y texturas, angelitos de madera, cintas de terciopelo rojo, etc.

Era una verdadera ceremonia, donde participábamos mi abuela, mi mamá, mis hermanitos y yo, todos aportábamos para que el arbolito fuera el mas bonito, era todo un día, el cual yo esperaba con ansias cada fin de año.

Lamentablemente, esta sensación ha ido desapareciendo, no quiero que se vaya, quiero volver a sentirme feliz con cosas tan pequeñas como esta, quiero volver a apreciar los pequeños detalles que la vida nos entrega, no quiero volverme una persona ciega.

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