Se fue a la mierda la veleidosidad Rabia, pena, angustia... y te sientes más sola que la cresta. ¿Por qué? ¿Por qué no? ¿Por qué yo? ¿Por qué ella? ¿Por qué de esta manera? ¿Porque tú? Desmotivación y un maldito caos mental, que me lleva a las profundidades de la imbecilidad. Lo que provoca que me comporte como un zombie y no sepa hacia donde me dirijo, pierdo el sentido, se me olvidan mis prioridades. Comienzo a extrañar a la Luna de hace un par de años, (que sinceramente no es muy distinta a la de hoy, pero quizá en esta situación actuaría diferente) la que primero actuaba y luego pensaba sobre lo que había hecho. Me descoloca y tengo temor, ¿y que tiene? soy un ser humano, una mina que pese a que tira tallas la mayor parte del día es más sensible que la cresta, que se emociona por cosas que las demás minas ven como normales, no sé, no sé nada. Se me acelera el corazón y me cuesta respirar, siento un pequeño vacío, incluso me compré cigarrillos para calmarme un poco, que estúpido, como si la nicotina me ayudara en algo. En fin, la verdad es que siento que este blog se torna más monótono que la cresta, ni siquiera tiene sentido, es como leer los malditos lamentos de la Luna, es como mi diario de vida (que apropósito nunca tuve) público, pero ¿y qué? si de cierto modo creo que sirve para desahogarme... ... Me haces falta, si, y tú también, y no me olvido de ellos, a los que extraño de manera constante. Absolutamente como el pico.
Decime que me odias, que te gustaría lastimarme, que te enamoraste de otra mujer. Pero no me digas que te estas olvidando de mí, podés tratar si querés, pero no vas a poder. El pasado es un bloque, no se puede dividir.
domingo, 21 de junio de 2009
Desmotivación & caos mental.
domingo, 14 de junio de 2009
road runner
Tres de la mañana, una cama, un notebook, un televisor, dos personas y un celular.
Minutos más tarde suena el celular, las dos personas se abrigan apresuradamente, buscan sus llaves, y salen.
Tras un pequeño recorrido en auto llegan, junto a dos personas más, a blue, muerto en vida, un verdadero zombie en medio de la lluvia, dos por uno, piscola y ron, cigarrillos, conversación incoherente, los peces, los ceniceros y el tenedor.
De blue salen cinco personas, con rumbo a un destino incierto, sin embargo las dos personas nombradas al principio se sentían motivadas por aquel viaje.
Carretera, viento, música, risas, cigarrillos, paradas inesperadas, frío, fotografías, niebla, carretera, el señor diciendo cada diez minutos la hora, seis de la mañana, gritos que reflejan emoción, carretera y auto, carretera y destino.
Destino más muerto que nunca, perros carentes de amor, frío, agua, arena, cigarrillos... Cinco personas en medio de un pueblo muerto, sintiendo la brisa y como esta acariciaba sus caras, sintiendo como el frío calaba sus huesos, simplemente no dejaban de sentir, pese a que todos experimentaban sensaciones distintas, todos pensaban algo totalmente diferente.
Cinco personas en un auto, las cuales vuelven a emprender un viaje, esta vez con un destino ya conocido, carretera, supermercado, baño, "¿desea donar un peso?", caja, frío, auto, carretera, sueño, inconsciencia, dormir, bostezos, estirones, música, carretera, paisaje, árboles, césped, montaña, sol, pájaros, carretera, centro, destino.
Cinco personas que descienden de un auto, que caminan hacia el paraíso de la gula, cinco personas satisfechas que caminan hacia el lago, juguetean sobre un muelle y que fantasean con la idea de sumergirse y dejar todo atrás.
Cinco personas que suben al auto para retornar a casa, cinco personas distintas unidas por la misma causa, desprenderse de hueas banales.
sábado, 13 de junio de 2009
Vientos
Frío y viento, ese viento que te recorre de pies a cabeza, llevándose tus pensamientos lo más lejos posible, llevándose las ideas que surgen cada segundo en tu cabeza, llevándose esas penas que aun guardas, llevándose los dolores y angustias que sigues sintiendo pese a que han pasado años, llevándose esos pequeños momentos de alegría, llevándose los lindos recuerdos, llevándose todo.
Los vientos nunca son iguales, en Santiago los vientos no te desgarran tanto como los de temuco, acá los vientos son diferentes; apenas te envuelven es como si quedaras desnudo y te sientes frágil, y aquellas cosas que fueron y son realmente pencas para ti, afloran repentinamente, y es ahí cuando comienzas a extrañar los vientos de tu ciudad, esos que no calan tan hondo, comienzas a extrañar a tu gente, extrañas las calles donde transitas a diario, donde miras el mismo árbol sin hojas, aquel cerro mal cuidado, aquel chico de mirada fría...
Aun así los vientos de acá por muy desgarradores que sean, me agradan, me agrada sentirme frágil y expuesta, sentir que no soy tan fuerte como yo pensaba.
Sentir el sonido de las hojas, sentir la suave caricia de esa huea tan abstracta y como esta recorre tu rostro de manera tan sutil, no sé, son tantas cosas.
Vientos, que me hacen recordar absolutamente todo, incluso aromas, momentos, caricias, voces, todo.
Vientos que hacen que mis pelitos se ericen, vientos que provocan que mi piel se ponga de gallina, que provocan inseguridad, que hacen que de cierta forma me sienta a gusto y a la vez fuera de lugar, vientos que me descolocan.